
Fusión de circo y tango, Alice in Tangoland nos lleva a un viaje único de 90 minutos para el deleite de grandes y pequeños.
Anaïs Amar, su guionista y directora, reinventa todos los códigos del cuento tradicional con modernidad y fuerza, una hábil mezcla de lo extraordinario, lo inédito y el talento en estado puro.
Extraordinarios artistas de circo comparten escenario con sublimes bailarines de tango para traernos una impresionante historia de Alicia nunca antes vista...
Una producción excepcional gracias, entre otras cosas, a un reparto increíble que cuenta con acróbatas, malabaristas, contorsionistas, artistas de Cyrwheel, monociclos, payasos, magos, zancudos, tragasables y campeones de tango...
Anaïs ha creado una fabulosa versión teatral de Alicia en el País de las Maravillas.
Los personajes se basan libremente en la obra maestra de Lewis Caroll, y en las escenas se transponen situaciones y escenarios en un estilo que combina fantasía y tango, en el cual tacones altos, zapateros y mate, vestidos de lentejuelas,"milongueros” y criaturas fantásticas, crean un ambiente extraordinariamente colorido y una
atmósfera deslumbrante para el público.
Anaïs no deja de sorprendernos con una banda sonora extraordinaria, que te lleva de viaje por estilos musicales inesperados, desde el tango tradicional argentino hasta el tango contemporáneo, pasando por The Doors, Janis Joplin, Radiohead y el compositor contemporáneo Ibrahim Maalouf...
Una experiencia multisensorial increible y un viaje inolvidable!
Un maestro de tango conservador, una lección aburrida, una joven llena de vida.
Así comienza la historia de Alice in TangoLand.
Alice, sentada en una pequeña silla de madera, se esfuerza por seguir el ritmo de la lección de baile de su maestro. Aburrida, acaba quedándose dormida....
De repente, de la nada, aparece un conejo blanco, un Conejo Tanguero!
Parece llegar tarde, ansioso y decidido, pero ¿a dónde va?
El conejo blanco salta por la madriguera y Alicia, consumida por la curiosidad, sale en su persecución.
Cae, cae y cae... en lo más profundo de su ser y se embarca en un viaje transformador.
En camino, se encuentra cara a cara con su propia sombra y conoce a todo tipo de personajes extravagantes, que encarnan diferentes aspectos de su personalidad:
el Conejo, su ansiedad; las flores, su arrogancia; las gemelas, su curiosidad; la oruga, su conciencia; el gato, su niña interior, juguetón y torpe; el zapatero loco, su locura creativa; la Reina de Corazones, su ego y su dolor...
Alice in Tangoland es el viaje único y universal de un ser en busca de sí mismo.
Atrapada en un mundo de ilusiones, Alice emprende una increíble aventura en cual sólo la aceptación total de sí misma la liberará.

El Circo Tanguero fue fundado por Anaïs Amar en diciembre de 2022.
Desde entonces, la compañía se dedica a fusionar la elegancia de las artes circenses con la intensidad del tango, dando vida a una forma de narración escénica única y envolvente.
Lo que comenzó como una visión audaz se ha transformado rápidamente en una comunidad vibrante de artistas apasionados.
Le Cirque Miroir ( el circo espejo) , por su parte, es una asociación cultural que nace de una convicción profunda: el circo y las artes escénicas no son simples espectáculos.
Son espejos. Reflejan el mundo que habitamos… y nuestro lugar dentro de él.
A través de las funciones, las risas, los momentos de gracia y asombro, se abre una nueva mirada sobre uno mismo.
Porque más allá del entretenimiento, cada instante en escena es una invitación a sentir, a reflexionar, a maravillarse de otra manera.
El clown, con sus torpezas y su vulnerabilidad, nos ofrece un reflejo tierno y cómico de nuestras propias imperfecciones.
Y en esa risa compartida, nace una forma de aceptación: la de la complejidad —y la belleza— de ser humano.
Cada personaje, cada número, cada historia que se despliega sobre el escenario revela una faceta de nuestras emociones y vivencias.
Juntos, crean un espacio de juego y poesía, donde aprender a ver el mundo con más ligereza, profundidad… y compasión.

Así, de forma muy simple, comenzó la aventura de Alice in Tangoland.
Todo nació al ser testigo de un instante mágico sobre el escenario.
Un gesto, un artista, un escalofrío.
Algunos tienen esa magia: la de hacer que el tiempo se suspenda, que el mundo desaparezca…
Y yo lo siento: hay una historia que quiere nacer.
Al principio, la idea me hizo sonreír:
¿En serio? ¿Otra Alicia en el País de las Maravillas?… ¿Qué más voy a aportar?
Pero pronto surgieron preguntas más profundas.
¿Por qué este cuento ha atravesado tantas épocas y generaciones, inspirando a tantos directores y artistas?
¿Por qué me habla tan directamente?
Y, sobre todo: ¿cómo puedo convertirlo en algo profundamente mío, sin traicionar su esencia?
Volví a leer los libros de Lewis Carroll, una y otra vez.
Y poco a poco entendí su magia.
El sinsentido, lo absurdo… no están ahí para confundirnos, sino para liberarnos.
Nos ofrecen el permiso de sentir lo que necesitamos en el momento. ¡Qué regalo!
En aquel tiempo, yo misma atravesaba una profunda transformación interior.
Y comprendí: mi Alicia no cae en un mundo imaginario.
Cae dentro de sí misma.
Cada personaje que encuentra es una parte de ella:
el Conejo Blanco, su Ansiedad; las Flores, su Vanidad; el Gato, su Niña interior; el Sombrerero, su Locura, su poder creativo…
Y muchos más: su Sensualidad, su Herida, su Conciencia…
Como todos nosotros, cuando nos enfrentamos a las partes de nuestro ser que no nos gustan, resistimos.
Y Alicia también.
Hasta que comprende que la única salida es la aceptación.
Y ahí es donde entra el tango.
Su abrazo se convierte en un símbolo de rendirse.
El espectáculo nació de ahí.
No de un texto, sino de una necesidad:
la de dar cuerpo a nuestros mundos interiores.
Creo mundos sin palabras, donde los cuerpos son poesía.
Elegí unir los dos lenguajes que más me conmueven:
el tango argentino, con su intensidad y elegancia, y el arte del circo, con su fuerza y libertad.
Todo ello sostenido por una banda sonora ecléctica: tangos clásicos y contemporáneos, rock de los años 70, jazz poético…
Un universo visual exuberante, onírico, maximalista ....
En lugar de llevar el tango y el circo al mundo de Alicia,
decidí llevar a Alicia al suyo.
Y así nació un nuevo lenguaje escénico.
Con Alice in Tangoland no busco que el público entienda.
Busco que sienta.
Ofrecer un espacio donde, como en los libros, cada uno tenga la libertad de ver y entender lo que quiera —quizás lo que necesite.
Un momento para sumergirse en uno mismo,
para reír, vibrar, conmoverse,
y tal vez… sentirse un poco más vivo.
Anaïs Amar
Directora y fundadora de El Circo Tanguero
